Sín duda alguna, hoy en día son muchas las cosas que nos hacen recordar aquella dorada época, desde objetos y productos hasta las recordadas modas, tendencias y músicas que caracterizaron a toda una generación. Y en donde el transporte público no puede quedar ausente ¿quién de ustedes no recuerda?, la Intercomunal 7 - 24, Pedro de Valdivia Blanqueado, Central Ovalle, Recoleta Lira, Matadero Palma. Entre muchos otros clásicos recorridos, que en total, sumaban más de 50 líneas distintas.
Una época de lineas y de mucho color, donde no importaba mucho, el seguir un estilo de libreas o un modelo de máquina en particular. Lo “importante” era entregar un servicio expedito y a toda hora. El cual obviamente, no podía quedar ajeno a críticas, detalles y fuertes realidades como “Las extensas jornadas laborales de los choferes”, “La tendencia a correr por cortar un boleto”, o “Los recurrentes asaltos a choferes”, que en muchos de los casos, terminó con muchas vidas. Una realidad, que sín duda, contrastaba con tal maravillosa época.
El andar en aquellos tiempos por las calles de Santiago, era un verdadero desfile de modelos y carroceras (Thomas, Metalpar, Caio, El Detalle), Y en donde era habitual ver las famosas “Pininas” Mercedes Benz 1113 en color verde oscuro, o la Ford B 7000 en un verde más claro, ambas enmarcadas dentro del concepto de “Liebre”, categoría heredada del los años 70”s, las cuales se caracterizaban por ofrecer un servicio “Sín paradas Intermedias, ni pasajeros de pie”, algo que, como todo buen comienzo, pareció resultar. Pero que con el tiempo, no marcaba mayor diferencia en comparación al servicio normal.
Entre los modelos ya más grandes, los más habituales resultaban ser las Blue Bird Caterpillar, Las series Ford, Dodge, GMC, Chevrolet y por supuesto, el caracteristíco Mercedes Benz 0-362, Bus estrella del proyecto ETP del E impulsado por el Gobierno de Chile en los Años 70”s. Logrando no sólo masificarlo, sino que también, poner al servicio de los pasajeros, un bus moderno, amplio, rápido muy apto para el servicio capitalino.
Por supuesto, no podemos dejar de lado, aquellos “ya viejos” pero fieles, exponentes busólogos que compartían calles y avenidas con las más “modernos diseños” entre ellos las líneas M. Benz 608-D y 708-E, hablamos de los clásicos modelos Ford y Chevrolet de los años 50 y 60”s, que pese a sus años, aún prestaban un servicio rápido y quizás “de mucho ruido” a sus pasajeros. Sín duda, lo más característico de aquellas máquinas era “Su enorme defensa artesanal”, que muchos casos resultaba ser exagerada adosada a su parachoques original, lo cual, con el correr del tiempo, fue eliminada y cambiada por otros rústicos y más llamativos adornos, como las calcomanías, las colas de zorro, las falderas para el sol...y el clásico “Dios es mi copiloto”, que en muchos casos, era sustituido por “Proverbios Biblicos”, “Nombre de Personas, Regiones, Objetos”, sín olvidar por cierto, las mascotas (y logos) oficiales de algunos recorridos, como por ejemplo, el lagarto Juancho o El Conejo de La Buena Suerte, un detalle sín duda, muy recordado por muchos busólogos.
De la mano de aquellos logos, sería un pecado no hablar de los boletos ¿Quién de ustedes no se tentó alguna vez en coleccionarlos y pegarlos en cuadernos?, o bien, jugarlos al “Cachi Pun” en el recreo. El lograr tener todos los boletos existentes resultaba ser todo un desafío para quien se lo propusiera, dado la cantidad de variantes y recorridos existentes, siendo los más recordados el boleto de los diferentes niveles (7 – 19 diurno - Nocturno), o aquellos en los cuales salían una “Pinina” en su círculo, o las series “Recoleta Lira”, el Conejo de las líneas Pedro de Valdivia Blanqueado, Einsteín Santa Rosa, Corhabit Quilicura...Por sólo nombrar algunos.
Cerrar está nota no es fácil, dado la cantidad de cosas que se me vienen a la mente u otras que quizás no recuerde en este momento. Lo cieto es que, esté cierre o continuidad se las dejó a ustedes, pues estoy seguro que al terminar de leer está nota, cada colega, sabrá agregarle nuevos detalles, momentos y recuerdos, que sín duda, son una parte de sus vidas...y de nuestra cultura busóloga que nos une hoy en día.
